Presentación

Estas Santas Mujeres, son también conocidas como “Marías” y para poder diferenciarlas se les agregó el nombre de sus progenitores: María de Cleofás (esposa de Alfeo) y María Salomé (esposa del Zebedeo). Ellas tienen un papel muy importante en la vida de Jesús como seguidoras suyas, tal y como relatan los evangelios: “Había allí muchas mujeres que miraban de lejos: eran las mismas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirlo. Entre ellas estaban María Magdalena, María – la madre de Santiago y de José – y la madre de los hijos del Zebedeo” (Evangelio Según San Mateo 27; 55-56)


Además, también estuvieron presentes tanto en la muerte en el Gólgota acompañando a María, como en su posterior Resurrección, como relata el siguiente relato: “Pasado el Sábado, María Magdalena, María, la Madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas se quedaron sorprendidas pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que Él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como Él se lo había dicho». Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo” (Evangelio Según San Marcos 16; 1-8).